Desmoronando el mito nazi: la decisiva batalla de Moscú
HISTORIACULTURA


El 5 y 6 de diciembre de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, se dió comienzo a la contraofensiva de las tropas soviéticas contra los invasores nazis en la batalla de Moscú. Este fue el segundo y decisivo tramo de la batalla, precedido por intensos combates defensivos que pusieron a prueba la resistencia del Ejército soviético.
La defensa de la capital soviética fue una operación militar colosal que tuvo lugar entre octubre de 1941 y enero de 1942. Las fuerzas alemanas, bajo el mando de Adolf Hitler, lanzaron la Operación Barbarroja con la esperanza de capturar Moscú antes del invierno, esperando que la caída de la capital provocara el colapso del poder soviético.
Los meses de noviembre y diciembre de 1941 marcaron un período crítico. La Wehrmacht, que había avanzado rápidamente a través de Europa, se encontró con una feroz resistencia. La llegada del duro invierno ruso, con temperaturas extremadamente bajas, complicó aún más las condiciones para las tropas alemanas. Equipadas inadecuadamente para el frío severo y enfrentando un terreno congelado, las fuerzas invasoras comenzaron a experimentar serias dificultades logísticas y de moral.
En respuesta los soviéticos lanzaron su contraofensiva. Esta operación no solo detuvo el avance alemán, sino que también revirtió parcialmente los territorios ocupados. Las fuerzas soviéticas, rejuvenecidas y reforzadas por tropas y suministros frescos de las regiones orientales del país, lanzaron ataques desde múltiples direcciones, obligando al enemigo a retroceder.
Este evento marcó el primer gran revés para las fuerzas de Hitler en la Segunda Guerra Mundial y comenzó a cambiar el rumbo del conflicto a favor de los Aliados. Las pérdidas alemanas fueron significativas, y el mito de la invencibilidad nazi comenzó a desmoronarse.